La hermana de mamá se masturba susurrando guarradas al teléfono

Si el chico era un salido pervertido la maciza tía por parte de madre tampoco se quedaba corta, y no tenía la excusa de la sangre caliente de la juventud. Ella ya pasaba los cuarenta pero desde su separación vivía como cualquier otra chica de veinte haría. Así que se encerraba en el baño o  en su cuarto y chateaba o conversaba con tío que conocía en Tinder y con los que se ponía muy caliente al escuchar su voz. Entre la imaginación creativa y caliente de la tía madura y las guarradas que le decían por teléfono se ponía tan cachonda que a veces le daba por hacer una paja. Aquella mañana con la calentura se olvidó de cerrar la puerta del baño y el salido sobrino voyeur aprovechó para disfrutar viéndola y masturbarse al mismo tiempo.