Mi tía me estaba esperando desnuda para que la follara

Nunca me imaginé que mi tía podría llegar a ser tan guarra. El sábado, me invitó por la tarde a su casa y, cuando llegué, me la encontré completamente desnuda, echada sobre el sillón, masturbándose furiosamente. La guarra había dejado la puerta abierta para que la pillara porque evidentemente quería que me la follara, y aunque nunca me gustaron las viejas ni las gordas, su enorme par de tetas y el morbo que me dió la situación me pusieron a cien y me desnudé inmediatamente, la puse a chuparme la polla y me la follé bien duro.