La rubia secretaria putona se dejó follar por dinero

El gerente se puso averiguar los antecedentes de la secretaria rubia que acababa de ligarse al jefe, y se enteró de que, en todas las empresas en las que había currado, siempre se había tirado a los dueños para usarles el dinero. Como se moría de ganas de follársela, esa tarde entró en la oficina, y mientras la tía se balanceaba en el sillón del jefe creyéndose ya la dueña de la oficina, le ofreció un montón de pasta para que se dejara follar, y la tía, al ver el dinero, empezó a desnudarse sin perder un segundo.