Su marido le había regalado unas clases de piano para su cumpleaños porque quería que aprendiera a tocarlo, pero la rubia al principio no tenía muchas ganas. Todo cambió en cuanto su apuesto profesor de música empezó a meterle mano durante las clases, porque como su esposo últimamente la tenía a dos velas al final no pudo evitar cabalgar encima de su polla como una zorra infiel.